"DIOS TE SALVE, MARIA" Dios te salve, María, por hermosa y por blanca, la que el sueño me quita y el suspiro me arranca, toda llena de gracia, de belleza y candor. Tu sonrisa tortura y alborota mi amor. Dios te salve por esa tu ternura de espuma que suscita el deseo que me inquieta y me abruma; por tus labios de un rojo de granada o sandía donde se anclan las naves de mi melancolía. Dios te salve por linda; Dios te salve por bella, porque estando tan cerca más pareces estrella, una blanca paloma o una diosa de Grecia, que tal vez ame a alguno; pero a mí me desprecia. Otro amor hay contigo y es acaso por eso que te niegas a amarme y que me niegues tu beso y también es por eso que bendita tú eres entre tanta ternura que hay en tantas mujeres. Dios te salve, María, que te has vuelto una Cruz, donde estoy tan clavado que he perdido la luz y la sangre y el alma y el camino y la fe y el encanto y la dicha que sin ti nunca fue. Sólo resta que ruegues por la fe de este vate que renuncia a su espada y abandona el combate, ahora y siempre y en la hora de mi trágica suerte, al que sólo Dios ama y que te amó hasta la muerte. Heriberto Bravo Bravo SS.CC (derechos reservados)