Se queda en silencio la vida,
cuándo nos recorremos,
bajo el mundo que nos mira,
se para el viento,
se queda perplejo el silencio,
y las estrellas comienzan un baile de sonrisas.
Se para la noche,
los rios enmudecen su llanto,
y los árboles, absortos,
gravitan sin sus ojos,
esperando que nuestras manos,
rozen nuestra boca,
como buscando una luz de sueño.
Nuestras manos,
andar de tantos caminos,
dulce tacto de nuestra vida,
se paran en cada poro de nuestra piel,
dialogando con nuestros sentidos,
indagando nuestro cuerpo,
como midiendo cada centímetro,
de esa vida que se esconde,
que descubre cada dia nuestro amor.