Tú secreto y el mío voy guardando,
cuando brilló en ti el primer amor,
yo cuando diferencié aroma, de olor,
en amar concretamente hablando.
Nuestra huida uníamos silbando,
yo robaba de la hierba una flor,
tu agradecida me regalas tu candor,
tus ojos llegaban al cielo brillando.
El tiempo llevamos en el alma escrita,
deseamos otra vez que se repita,
en nuestra imaginación hay cabida.
Los segundos en nosotros quedó clavado,
el tiempo en mi hombro se ha cargado.
Por volver en la cresta daría la vida.
Autor: Alcibíades Noceda Medina