No quiero seguir así,
tan lejos y sin tu abrigo,
necesito estar contigo,
lo contrario es un castigo
imposible de describir.
Sea de día o de madrugada,
mi alma desesperada
te busca constantemente,
con este anhelo ferviente
que se disuelve en la nada.
Por las noches, silba el viento
con patético sonido
y yo, solo, en mi aposento;
me carcome el sentimiento
de estar tan lejos de ti.
Y mi voz se une al viento
en un lastimero lamento
lúgubre y desfallecido;
ya nada tiene sentido
cuando no estás junto a mi.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Jueves 05 de Noviembre del
2009, 4:52 A.M.