A veces pienso y digo, ¿todo el trajín fue en vano?
Desde el día que te encontré solo giro alrededor tuyo.
Aquellos ya lejanos tiempos, recuerdo y reconstruyo,
cuando los dos caminábamos tomadas de la mano,
despreocupado, ni siquiera pensábamos en nuestro destino.
Aun brilla dentro mí, tú mirada y tu sonrisa sincera, la razón
es que siento, estas palabras quedaron escritas en mi corazón.
Gracia a Dios le doy mil veces, por haberte puesto en mí camino.
Cuántas veces quise explicarte, lo que hoy vuelco en estos versos,
quiero decirte que tú eres mi fuerza, mi dulce amada esposa,
tu amor es verdadero, que día a día, me brindas con firmeza.
Quisiera expresar con gran palabra, que aun es inmenso,
el amor que siento por ti, como aquellos tiempos lejanos.
Entonces amada mía, ¿verdad, que nada fue en vano?