¡No más paz en mi conciencia!
¡Quiero calcinar mis labios
al fuego de tu presencia!
Quiero ser yo tu perfume,
tu aliento, tu piel, tus huellas;
quiero enraizarme en tu pelo
y hallar el azul del cielo
en el fondo de tus estrellas.
Seré tuyo y tu, ¡más mía!
Tu vida y mi vida unidas,
se borrarán las fronteras
que a nuestros seres limitan;
seremos, en fuego amante
de sueños que resucitan,
un solo ser anhelante
de saciar su sed de dicha
en las corrientes gemelas
que antes fueran nuestras vidas.
¡Soy más que tu propia sombra,
más que tus gloriosos días!
y eres tu más que la aurora
que siembra mis alegrías.
Y así, no hay más "tu" ni más "yo",
¡tan sólo una inmensa hoguera
de ser de ti y tu de mi
sin límites ni fronteras! -2-
¡Devoré tu ser con furia!
Me extendí por tu belleza
con desesperado anhelo
de absorberme en tu persona,
de impregnarme del perfume
delicioso de tu pelo;
de ver mi imagen reflejada
en tus ángeles por pupilas,
de ser temblor en tus labios
y rubor en tus mejillas.
Me adentré en tus pensamientos
y hallé a tu alma de rodillas
ante el amor que me habita
y te viste de maravillas. -3-
Eres tu, ¡ése es mi motivo!
y no hay otra razón que esgrima
para justificar que te adoro
más que a lo que fue mi vida,
hoy en tu faz diluida
como guardián sempiterno
de nuestras almas unidas
en un amor tan intenso
¡que nos funde en llama viva!-