Ayer chisporroteaban luciernagas

Ayer chisporroteaban luciernagas en tus ojos
cuando decias te quiero.
Y eras el capitan y yo el navio
y ebrios del amor nos confundiamos
con el flujo y reflujo del mar.
Porque mi sangre no era sangre,
era un arroyo bullucioso
donde bajaban a beber los pajaros.
Porque tus manos gravidas de caricias,
crecian, se multiplicaban y jamas emprendian
el camino de regreso.
Ayer nos quedaban chicos los campos
y no habia arbol, ni esquina,
que no atestiguara los besos.
Cuando bebiamos la lluvia cara al cielo
y creiamos que la vida
no alcanzaria para amarnos.
Cuando tus manos tenian alas
y mis manos estaban presas.
Y nuestro abrazo se alargaba
cobijando el universo.
Ayer era el milagro! Ayer!