Cada día muere en mi memoria un recuerdo,
la luz que ilumina la noche abierta de mi corazón,
el sabor amargo de tu ausencia,
el llanto que brilla en mis ojos,
la ávida caricia suave del silencio.
He de reconocer la sed que me ansía,
el sueño errante perdido en mi alma cubierta de sombras,
sombras del mañana, del ayer, sombras que me nombran,
halladas en la memoria de un recuerdo que se muere.
He de decir que soy dueño del silencio,
amigo de los funestos momentos que amenazan el alba,
huella perdida del amor que se borró con la lluvia,
morador del olvido, lugar perdido de mi alma.
He de saber que ahora será nunca,
pero nunca será siempre…
“A MI MUJER”
J.M.P.Poeta
1-10-06