Abrí mi corazón al mundo entero
para brindarle, de mí, lo mejor;
engarzé los valores que prefiero
con la sublime fuerza del amor.
Doy lo que tengo, por noble y sincero,
como se ofrenda amorosa una flor;
por lo más sublime y lo que más quiero,
me he investido de galas, de alto honor.
Mi corazón abrí a los cuatro vientos
irradiando fuerzas que llevo en mí,
envié al horizonte mis pensamientos
elevando en tronos, lo que ofrecí
y, acorde a los íntimos sentimientos
correspondo tal como prometí.
Martín Fuentes Castillo.