De rodillas frente aquel altar,
Rezaba mi alma en la vieja capilla.
Venia a perdirle a Dios
El creador de amor
Que me considiera
Poner en tu alma, una gota
De todo lo que El poseia,
Y que fuera tan solo yo
El poseedor de tal regalia,
Y senti su mano secando mis lagrimas,
Y con profunda paz, deje la capilla,
Al estar seguro que aquella,
Oracion El concederia.
Pasado algun tiempo de aquella plegaria,
Tomada de mi mano, a mi lado reias
Cuando tu mirada buscando la mia,
Me preguntastes si creia, que Dios existia.
Aprete tu mano, como unica respuesta.
Mientras sonreia.