No adorare a un Dios
que juegue con la vida,
que me obligue a decir adios,
por una injusticia inmerecida.
Que mata mi vida,
quitando la de los demás,
¡No adorare a un Dios homicida,
que apuñala por detrás!.
Loco de grandeza, te aborrezco,
al igual que tu a mi, estamos a mano,
lo que a mi me pasa talvez me lo merezco,
más no mi hermano.
Y tal vez me arrepienta de lo que diga,
por que con la calma, vendra la razón,
pero, ahora no hay razón para que no te maldiga,
ya que mi hermano todavia no se salva,y todavia de odio esta lleno mi corazón.