No se debe amar así:
con tan torpe y loco afán,
con demencial persistencia,
perdiendo la dignidad,
la razón y la conciencia
en absurda temeridad;
desfallecer de impaciencia
en una estéril ansiedad.
No se debe amar así:
con sentimiento suicida,
se debe amar más la vida
y evitar tanto sufrir.
Es peligroso amar así,
al grado que yo te quiero,
sin medir las consecuencias,
a riesgo de enloquecer,
perdido en el laberinto
de amores sin solución.
Amarte desenfrenado
y conducir mi corazón
a una lenta destrucción
hasta morir desangrado,
sin posible redención.
Es un tormento amar así:
sin futuro, sin respuesta,
cuando el alma está dispuesta
a darse toda, por entero;
querer como yo te quiero
y, no obstante, ser el primero
en saber que ya estoy perdido,
condenado a este destierro
de desamor y de olvido.
Tu corazón es de hierro
y yo nunca lo he conmovido;
siendo mi amor verdadero,
sufro tu injusto castigo.
Es un infierno amar así,
sin la menor esperanza
de poder llegar un día
a culminar mis anhelos.
Sabiendo como lo sé
que este amor me está vedado
por tu ajena voluntad;
que amo en vano y me destruyo,
que por mucho que sea tuyo,
tu jamás me vas a amar
pues te lo impiden tu orgullo
y tu excesiva vanidad.
Está prohibido amar así:
más allá de la prudencia,
sin remedio y sin cautela,
con auténtica locura
que, en un lago de amargura
aniquila, lenta, el alma;
que me lleva hasta el delirio,
que me trastorna la calma,
que constituye un martirio
que me pierde, que me mata,
que la razón me arrebata
y me consume como a un cirio.
Y, sin embargo
¡Qué hermoso es amar así!:
Entregarse plenamente,
sin medida o condición.
¡Amar con loca pasión
aún dispuesto al sacrificio!
Amar en dulce suplicio
y rendirse en adoración.
Entregar el corazón
¡ciego de amor e ilusión!
Amar así, como un vicio,
aunque me lleve al precipicio
de la desesperación.
Es sublime amar así,
más allá de las palabras
y de toda descripción,
más allá de la razón
y los humanos consejos;
amar y dejar perplejos
a los mortales mezquinos
que no entienden los caminos
de esta mágica ilusión.
¡Amar sin frontera alguna!
aunque me tachen de necio,
aún cuando ame sin fortuna,
¡aunque la muerte sea el precio!-