Hoy me acordé de un viejo amor.
Un viejo amor que dejó huellas, algunas aún perduran otras se las llevó el tiempo.
Un amor que, con su experiencia, me enseña a recorrer nuevos caminos.
Hoy me acordé de un viejo amor.
Aquel que, en su juventud, ofrecía instantes de felicidad que parecían eternos, y que hoy llega a mi pensamiento como un eco dormido.
Hoy me acordé de un viejo amor.
Y supe que, aunque el tiempo siga su marcha arrolladora,
ese amor, convertido en recuerdos, nunca morirá a pesar de su vejez.