No es coherente.
Que sin conocerte,
me atrevo a escribirte,
sé que no es coherente,
pero lee lo que voy a decirte:
Eres mi inspiración,
te llevo en mis pensamientos,
si, lo sé, no es coherente…
pero siempre estás en mi mente.
Escribo de ti últimamente,
no hallo una explicación,
a lo mejor estoy demente;
pero mis manos te escriben con excitación.
No es coherente,
eres presencia y ocasión,
siempre en mi cabeza estas presente…
divina, sublime, eres mi fascinación.
A penas y te conozco,
y ya eres especial.
No es coherente, lo reconozco…
pero es que eres celestial.
Lo sé, no es coherente,
pero haces palpitar mi corazón;
e irónicamente, te evito de frente,
no comprendiendo la razón…
si te veo, y sin aspavientos,
me entrecortas la respiración,
me alborotas los sentimientos,
engrandeciendo mi ilusión.
No es coherente,
te encuentro y bajo la mirada,
te evado porque me sonroja verte,
me impones y me desarmas;
te huyo y doy retirada,
nervioso por esa belleza que derramas.