Eres de esos hombres que tu madre te advierte que conocerás;
Que has de encontrártelos por la vida, pero te has preparado para enfrentarte a ellos
Ya reconoces su técnica de cazador, buscando siempre una presa fácil.
Con palabras dulces en los labios, anestesiando la razón de todas las que confíen en ti.
Juegan contigo como si fueses una muñeca, mientras están pendientes a cuando salga una nueva edición.
Pero las mujeres como yo no somos desechables;
Ellas reconocen la falsedad de tus pasos, la malicia de tus intenciones.
Sigilosamente te hacen creer que las tienes comiendo de tu mano, pero cuidado, que te puedes sorprender;
Porque ellas ya te han estudiado de pies a cabeza, y conocen tu próximo paso, tu próxima línea y hasta tu punto más débil.
Los hombres como tú no merecen llamarse hombres;
Son como serpientes, que se arrastran y creen poder meterse donde les plazca, silenciosas y astutas.
Ellas, sin embargo, poseen el antídoto para tu veneno, de ese que alardeas tanto;
Pero te quedarás solo, porque no cambiarás y quizás querrás hacerlo, pero ya será demasiado tarde.
Buscarás en tu colección de corazones rotos y no encontrarás ninguno que quiera regresar a tus brazos;
Pobre de aquella sumisa inocente que te dé una oportunidad, ciega ante tu realidad.
Porque los hombres como tú nunca cambian,
Y las mujeres como yo son mucho para hombres como tú. ATTE:Ailen Ramirez