Muero...
en el límite obseno
de un recorrer perdido,
muero...
cuando no te tengo
porque siento
la opulencia del rico en amor
pare verter en tí los ecos
de una ausencia,
en la madurez de lo deseado
en la sana costumbre
de mis manos en vigilia,
en el perdón de mis adioses
en la calma del temporal
ingrato
en la tenue obsesión
de llamarte por tu nombre.
Muero...
cuando despierto del sueño
y el eclipse de los océanos
que separan nuestro solsticio
me hace creer que el recorrerte
en tus venas, es solo un
mero fundamento,
Muero...
donde no mueren mis pasiones
en cada segundo de mis tiempos
y en cada tiempo de tus mundos,
en la versátil caducidad
del sendero inverosímil,
Muero...
cuando todo es oscuridad, y nada
es presente,
y el presente sujeta instancias
las instancias me sacan de tu vida
y tu vida, amor....
es como si ya no me perteneciera.