Te encuentras en un cruce
donde divergen miles de caminos,
todos tienen algún sentido,
nadie sabe cual es el correcto.
Entonces esperas y esperas,
piensas y piensas,
y al no encontrar lógica
lo dejas todo en manos del azar,
das un paso,
le sigue otro,
y cuando quieres darte cuenta
ya has recorrido la mitad.
Te detienes,
te planteas dos opciones:
volver por donde has venido
o seguir adelante hacia lo desconocido.
Desecha la primera opción,
solo los cobardes vuelven la cara
ante posibles obstáculos,
no seas uno más,
haz lo que tengas que hacer,
haz lo tuyo,
tu juez eres tú,
los miedos existen para ser vencidos.
Cuando llegues al final
encontrarás un espejo
y todo habrá terminado,
si ves una sonrisa reflejada en él
ganaste el juego,
por fin habrás conocido
el sentido de la vida.