Un conocimiento bastardo,
Impregnado de sinsentido
Ha hallado su morada en mi alma.
Clavado como una estaca
Su melodía sin armonía
Nubla mi mirada,
Y ya nada tiene sentido.
¿Cuál es su origen?
¿Por qué a mi y no a otro?
Estas inquietudes seguirán,
Para siempre, siendo enigmas del Hombre.
Sólo el conocimiento bastardo en mi alma
Podría despejar estas dudas,
Sin embargo nunca lo hará: le falta Saber.
No conoce la vida del Hombre,
Su hambre de gloria, de poder;
Su necesidad de compañía
Y su exigencia de estar solo,
El deber de hacer y el querer de sentir.
El conocimiento bastardo
Que ahora habita en mi alma
No comprende que la vida del Hombre es corta,
Su tiempo finito y que ambos
Deben usarse con inteligencia.
Ese conocimiento bastardo cree
Que el hombre ya no es Hombre,
Que su vida no es La Vida,
Sino una estancia bajo el sol.
El conocimiento bastardo,
En su caos y en su delirio,
Cuenta que el Hombre,
Cuando era Hombre, vivía sin tiempo,
Esperando el futuro
Recordando el pasado,
Viviendo el presente sin contratos,
Sin poder, sin soledad.
El Hombre, cuando era Hombre, era inmortal
Porque poseía un conocimiento bastardo,
Sin sentido y lleno de caos y delirio llamado Amor,
Que residía en algo que llamaban Corazón.