Hasta en mi alma eres exclamación,
también verso en lo que llamo soneto,
la real improvisación sin libreto,
donde nace y muere toda canción.
En tu nombre desgrano oración,
hacer uno personal a veces intento,
me pierdo al pensar en tu encanto,
rezo lo que aprendí en la comunión.
Me olvido frases y también acento,
me enredo en algún verbo discreto.
Quiero verte feliz como en tu infancia
entregada al tibio sol y la brisa,
que perdure en tus labios la sonrisa,
muy junto ajeno de la distancia.
Autor: Autor Alcibíades Noceda