Sobre las nubes juramos poner nuestro lecho,
pues desde allí se podría tocar con las manos,
a la vez que tendidos con pasión nos amamos,
miles de estrellas brillantes que están al acecho.
Nos prometimos vivir muy cerquita del cielo,
donde nada pudiera perturbar nuestras vidas,
solamente algún ave, que quizás resentida,
por sabernos felices, enfermara de celos.
Hoy dichosos estamos en el limbo viviendo,
sólo existen, el amor, la locura y el beso,
lo que ayer fue embriaguez, hoy se nos volvió embeleso,
y extasiados por siempre, nos seguimos queriendo.
® Susana Valenzuela
12-09-09