Son como un himno las aves de gloria,
cual un gran rayo estremecen mi esencia,
corazón tierno de sol que ilumina.
Como una musa traspasa el espacio,
y las praderas parecen tan llenas
de flores frescas de todos colores.
Verano eterno energía mutable,
a veces brilla tan rojo en el cielo,
es tan hermoso y templado a la vista.
En su sonrisa que infunde alegría,
calor exhala su luz en el alma,
tan poderosa es su suave llegada.
Desde el recuerdo reviven los sueños,
en la esperanza aparecen de pronto,
solo el amor vence toda barrera.
Lupercio de Providencia