Si yo pudiera detener el tiempo, ya lo habría detenido en un punto lejano, en un espacio infinito que por ser tan sublime nunca deja de ser. Un tiempo de caricias, de besos y de entrega, de amores prohibidos, de noches sin estrellas, y de un mar de placer. El tiempo inexorable lo va cambiando todo, nada se escapa a él. Ni la húmeda tierra, ni la verde floresta
ni el gigantesco mar.
¿Qué queda para el hombre? Sólo los sentimientos esos que lo definen a través de la vida, ésos que lo sustentan y lo hacen pensar, que aunque el tiempo transcurra y su piel se marchite, sólo prevalece su manera de amar.
Ivette: bella imagen la tuya para comentar mi poema,creo que realmente la nostalgia es la musa que ha inspirado a muchos poetas. Gracias por tus palabras y creéme que leído poemas tuyos muy bellos.