Invade mi ser, una alegría extraña,
y me siento feliz, esta mañana,
el teléfono suena, y... del otro lado,
tu voz como si fuera eco, me ha llegado.
Es tan simple, tan nada, y sin embargo,
Siento una felicidad incierta, inesperada...
De pronto, tuve deseos de sonreír,
de olvidar los muchos problemas,
y... recordarte,
volver a unos pocos meses atrás,
y sentirte, como si nada hubiera pasado...
y creer por un instante,
que nada ni nadie pudo separarnos,
que estas conmigo, y sutilmente
Dios nos regala,
un mundo distinto, nuestro...
que las cosas se nos daban de modo diferente.
Pero poco tardé en darme cuenta,
que no puede cambiar la vida...
tu llamado.
Quiero guardar de ti lo mejor, que me hayas dado,
y que al correr de los años,
seas el mejor de todos mis recuerdos.
Tu llamado pudo esto:
una extraña alegría de principio,
y ahora, después de haberte escrito,
he vuelto a sentir...
la melancolía,
señal de un destino...
que me separó de ti.