Todo mi ser tembló al verte,
cuanto deseé tocarte,
cuanto deseé tenerte
para por siempre poder amarte.
Mi cielo, mi bien amado,
mi divino tesoro, mi príncipe esperado,
mi sueño no puedo conciliar
de tanto amar y amar.
La paz interior me has robado
pues no ceso de pensar en tí, mi adorado,
cuando amacene no quisiera despertar
para no tener que dejar en tí, de soñar.
La distancia nos separa
el idioma es otra barrera también,
raza, religión y costumbres diferentes, no es cosa rara,
pero nada ni nadie en este mundo, podrá apartarnos, mi bien.
Tú y yo, lograremos el resto de nuestras vidas compartir,
eso es todo lo que mi cerebro puede concebir;
apoyándonos mutuamente, entregándonos apasionadamente,
eso es todo lo que desea mi mente.
p. ABDA. BRIGETTE FARFAN BENITES Post. Diplomacia y Ciencias Internacionales
Sep. 3, 2011
Guayaquil, Ecuador, Sudamérica
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