Ni tu nombre, como la sales de la mar,
me saben a algo fuerte, ni la sal de tu lagrimas,
me humedecen los ojos como nubes,
ni tus manos al tocarme me emocionan.
Ni tu canto, por mañanas, me dormía tiernamente,
no como antes, que dormía cuando al oído,
tu voz retorcía tierno mis sentidos...
y era grande, como tu canto, yo rimaba tu amor.
Pero te fuiste, pues ya soy fuerte, ya he nacido,
con las vértebras de acero, mi alma de cemento,
pues si te fuiste, ya no me duele, ya el mi corazón
como un...¡No te Quiero... y lo lamento!.
Creontte Idilio
Agosto del 2006