La luz de la mañana, el sol y los espejos
declararon mortal guerra a mis ensueños
que fabularon otra imagen y reflejos
con diurnos monstruos y ángeles en sueños
Narciso inverso, divagué con esculturas
que desde Grecia te embriagaran de embelezo
pero la realidad trajo de negras sepulturas
la verdad ubicua, que no escucha mi rezo.
No te place mi intelecto, mis dones ni entereza
sos prisionera de formas que dibujan las mañanas
las mismas formas, sutiles, necias, tan vanas
Aquellas con que me mentí nueva belleza
mientras vos solo percibiste cruel espanto,
dejandome solo en mi dolor,solo en mi llanto.