No volveré,Señor,a quejarme por el daño
sin antes pensar en el daño que hice,
no volveré a rehuir de mis raíces
paseándome por mundos,en mí,extraños,
no volveré,Señor, a malgastar mis años
mirando atrás sin mirarme de frente,
no volveré a buscar sentirme diferente
dejándome llevar consciente en los engaños,
no volveré a levantar mis pies del suelo
para intentar tocar con mis manos el cielo
sin antes reforzar mis alas de humildad,
no volveré a pedir explicación
a quien logró dañarme sin ninguna razón
si pienso que ,en verdad, no me quiso dañar.