Sé que alguna vez, nuestras miradas en el cielo se cruzaron. . .
que las gaviotas nos recuerdan el pasado,
y que alguna noche, nuestros corazones han soñado.
Somos amor de antaño. . . . . no premeditado;
se dio por darse, sin importar pasado.
Se acuño y creció ante los ojos atónitos del mundo,
y nos obligó a amarnos desde lo más profundo.
la semilla que no florecía, en este amor fruto tendría. . .
Esa hermosa tarde de verano,
nuestras miradas se entrelazaban,
y fue testigo ese bosque espeso de nuestras confesiones,
de nuestros delirios, de nuestras frustraciones. . .
y así dio inicio a lo que nuestras almas querían. . .
lo que buscaban afanosas noche y día.
Solo comprensión y confianza ofrecían. . . . .
y por arte de magia, este amor tan grande florecía!
Quién lo diría…..tú y yo aquella tarde. . y sin darnos cuenta,
nuestras almas a amarse se comprometían!