Hoy se me hizo extraño no verte
en la avenida, como todas las
mañanas y no escuchar tu silbato
al que estoy tan acostumbrada.
Sin entender que es lo que pasaba,
entré a la escuela por tí un
tanto preocupada.
Fué como que si en el fondo de mí
ya presentía la cruel noticia,al
terminar los honores a la Bandera,
tomó la palabra la Directora.
-Niños y compañeros lamentablemente
tengo una mala noticia que darles,
Don Lalo por todos conocido, el fin
de semana víctima de un infarto ha
fallecido.
Después de esto se hizo un silencio
espantoso, seguido por murmullos y
sollozos.
Pero se nos pidó para él un minuto
de aplausos, por su dedicación y
trayactoria de treinta años en su
trabajo, y nosotros agradecidos
ese pequeño tributo le brindamos.
No sé como se será ir diario a mi
escuela sin escuchar aquel silbato,
y la forma tan divertida, en que los
automovilistas eran por tí regañados.
Tal vez los que aquí nos quedamos
no entendemos porque Dios esa dura
decisión ha tomado, tal vez es que
en el cielo urgía el mejor agente
de tránsito,para meter en cintura
a angeles y serafines despistados.
Solo te pido ahora que estas allá
arriba que de vez en cuando te des
por las calles de mi escuela, una
vuelta, para así tu silbato poder
escuchar, y de paso como siempre
nos protejas.
Mercedes del Pilar Reyna Camacho
15-12-09