Sin retorno
Y agosto, así,
tan quieto, tan viento,
tan instante sobre instante.
El exilio más cruel:
tu ausencia…
La oscuridad se vuelve un páramo
que no huelo.
Sólo el silencio
intercambia sus códigos ancestrales.
Llama a la nada.
Y el corazón resiste, sin embargo.
CONVÓCAME, mi amante,
por favor,
mi hombre,
bosque y astro,
relámpago y tormenta,
bestia y ángel,
día y noche,
sueño y desvelo,
lirio y delirio,
Maestro y Dios.
VUELVE.
Mi capullo será un manantial
manará su secreto zumo para ti.
sedalabio sobre tu cuerpo ardiente.
mis muslos aprisionarán tu cintura
abrazados por el fuego
sin ataduras…
Lavándome mis miedos
derramando mirra y opio
sobre los sentidos de la espera.
Te seduciré,
palabra por palabra,
susurro tras susurro
hasta que caigas exhausto
cegado por el verbo
en un sospechado soplo,
un aletazo,
suave al tacto de tu gozo.
El olor de tu cuerpo me desvela.
Te escribiré mis debilidades
hasta que vuelvas
con el más versánico de mis cromosomas.