La brisa trae a mis oidos,voces extrañas;
son como una canciòn desesperada,
como un grito espantoso de dolor.
Mi alma solloza ante el recuerdo,
de aquella mujer que tanto amè;
mujer de temperamento voluptuoso y mòrbido,
cuyo ojos se iluminaban por el placer.
su alma sòlo està hecha para el placer,
y con èl, diste vida a nuestro amor.
No puedo, aunque quiera, decirte adios;
me hacen falta, tus besos y caricias.
tu cuerpo has entregado a muchos hombres;
pero a mì te has ofrendado con amor.
y felices disfrutamos muchas noches,
siendo tu mi esclava, y yo tu señor