Tú vas dichosa como una diosa,
Sabiendo que sin pensar eres mi piedra preciosa,
La dueña de mis sueños y motivo de mi andar,
Mi condena, mi perdón y mis ganas de amar.
Estando juntos, me olvido del dolor
De tantas penas que acaparan mi corazón,
Voy escuchando tus ojos, confundiéndolos con el mar
Perdiéndome en tu mirada, siendo esclavo de tu palmar.
Cosecho aquellos sueños que antes no podía vivir
Porque no estabas, porque yo estaba sin ti. Por siempre serás mi poesía más bella,
Mi dulce madrugar, mi reina, mi doncella,
La noche que no llegaba, mi bello despertar
Mi milagro de mayo, mi sueño echo realidad.
Las palabras siguen su curso
Sin saber donde llegar
Sabiendo que ni todas juntas
Se comparan contigo, la diosa de mí soñar.