Al avistarte, mi corazón soltó arpegios
de latidos extremados en mi pecho.
Se ruboriza mi rostro y mis manos tiemblan.
Acuden reminiscencias de aquellos tiempos
de nuestro ardor y devoción de amor.
Todo era sonrisas y sentires muy intensos.
Pero la vida nos cambió el rumbo.
Te fuiste muy lejos, a tierras lejanas.
Yo permanecí en mi pueblo,
esperando desolada tu regreso.
Pasó el tiempo y mi pecho continuó
suspirando y soñando con tu llegada.
La distancia puso en tu existencia otro amor,
Pero y yo proseguí con la misma pasión.
Con el alma seca y los ojos cansados,
de tanto contemplar el camino
que algún día te trajera de regreso.
para que la vida floreciera en mi ser.
Con aquel manojo de ilusiones
que se mantienen aún intactas.
Al avistarte, mi corazón soltó arpegios
de latidos extremados en mi pecho.
Pero hoy me sacudió la realidad
al verte llegar, abrazado a esa otra mujer.
Radiantes los dos, desplegando felicidad.
Yo, truncada por la realidad
de un sueño que no fue ni será jamás.
Lagrimas de sangre cegaron mis ojos
y mi corazón se desgarró en jirones.
Pero aún así en lo profundo deseo
que seas muy feliz y que la sonrisa
nunca se apague de tus labios,
ni se apague este brillo de tu mirada.
Hoy al avistarte, mi corazón soltó arpegios
de latidos amargos y sueños truncos.. Mecha Foderé