Hermana
le dices que debiera ser feliz,
pero no lo es,
lo sé con certeza.
Le dices que lo tiene todo
¿eso aparenta?
La realidad es
muy distinta.
¿Crees que su buena posición social
encubre otras carencias?
Pues
no...
es sólo una parte muy importante
pero no fundamental.
Le dices que todo el mundo la adora,
desconoces que su mundo,
se centra casi en una sola persona.
Que su belleza
es envidiable,
pero ella está marchita
su espejo no miente
el espejo de su verdadero ser
no exterior, sino interior
¡ese espejo nunca miente!
Hermana
no la envidies
desde las apariencias,
más bien, compadécete
porque se siente desdichada
¡apiádate!
porque ella misma envidia
aunque con una envidia sana,
a cualquier mujer que sea amada.