Juergas capciosas de una noche embelesada
berretín curioso de alguna oda punzante
sueño de alquitrán, desnudez intimidante
rasgos dormidos en el cafetín de las miradas,
un boulevard que me trasciende y espera
alguna rima de amor, que hoy estará ausente
que importa el licor cuando lloran los silentes
pergaminos de otrora, añiles de quimeras,
vaga el ruido la endeblez acostumbrada
sopla el bandoneón una estrofa de Piazzola
me huele olvido aquella que esta sola
y recuerda lo feliz que ha sido en su velada,
trinos, voces, marchas de pesares austeros
la elegante mentira de gnomos invernados
un lucero etéreo, el anochecer encantado
entre el ruido de una magia que ya no la quiero,
y aquellas esquinas donde nada es parejo
y todo se acallan con el son de mis palabras
me huele tristeza, profundidades macabras,
vírgenes imágenes, que me devuelve el espejo.