¡ Que importa lo que diga la gente!. Como en el cine siempre hubo buenos y malos, ganadores y perdedores, las malas espigas no soportan que a su alrededor crezcan flores, ni a los que saben cruzar sin miedo el puente, algunos diran de mi que soy simple, vulgar, orgullosa estoy de ser una margarita silvestre que floreció allá por el mes de febrero en un paisaje campestre, el tiempo va pasando, y esta margarita crece con los años, se viste con petalos muy elegantes, sin querer brilla esta humilde florecilla, y los claveles le hacen reverencias galantes. No hace caso de las ortigas venenosas que le salen al paso, sigue altiva su camino sin miedo al fracaso, contenta y alegre cruzando una corona de rosas.Cuando oye rumores de cualquier personaje ya sea vegetal, piedra, persona o animal, duende, o inmortal llora porque de la dulce margarita hablan mal. Pero se revuelve enfadada y se enfrenta valiente y apasionadamente, porque esta va siempre de frente. La margarita va a las buenas, pide que no se la vuelva a molestar y si con palabras muy feas la comienzan a insultar se llena de brio y puede volverse una fiera. Pero por mucho que a ella la quieran morder, la margarita silvestre jamas dejara su clase caer.