La revolución de las ideas tiene la valentía
del cambio constante y la lucha de ideales,
luchar codo a codo, sea de noche o sea de día
con la palabras a cuestas rodeado de lealtades.
La revolución de las ideas transmite cierto heroísmo
voces que se alzan sin especular con quimeras,
tránsito de lecturas, el sentirse uno mismo
como si esa vez, fuese la vez primera.
La revolución de las ideas me llevó a la tristeza
y a la alegría infinita de verter principios nuevos,
conté con la verdad, la sabiduría y entereza
de ver a mis compadres apoyarme desde el cielo.
La revolución de las ideas me marcaron en la vida
las pautas a seguir en los casos de dictadura,
mercenarios y atorrantes, poseedores de anarquías
fusiles en el pecho y en los labios ataduras.
La revolución de las ideas pasearon mi universo
me enseñaron que la sangre no se compra con dinero,
y en el terreno inhóspito el balance de mis versos
hacia la plenitud vivaz de esta libertad que quiero.