Soneto casa hambrienta espera

La casa; al umbral me acerco nuevamente.
Concluida la jornada ya estoy en la esquina,
tiempo ameno del día en casa termina
y es donde vivo el presente realmente.
Deliberadamente no me atrevo llegar,
diviso el balcón desolado sin flores,
cuidar para ti era parte de tus labores,
ahora abandonado es yerto el lugar.
Todos estamos hambrientos de espera
desamparo ruina de la casa acelera.
Tu imagen veo en las paredes de mi mente
y en la de la casa también, mas que hermosa
que antes, con sonrisa nada alevosa
en mi corazón será así eternamente.
Autor: Alcibíades Noceda Medina