Ando en busca del mejor regalo,
para obsequiar a mi madre en su día,
algo perenne, como la alegría
que sienten los ángeles a su lado.
Algo tanto o mas liviano que el tul,
que fácil al infinito se eleve,
y a su estrella pronto mi amor lleve,
luego de atravesar la bóveda azul.
Algo etéreo, a su vez estupendo,
mi regalo será de gran tamaño,
pues debe contener cuanto la extraño,
y cuantas ganas de abrazarla tengo.
Sé que las nubes formarán un ramo,
de exquisitas y perfumadas flores,
y querubines cantarán loores,
contándole cuanto aún la amo.
® Susana Valenzuela
17-10-09