Recordaba la infancia de la tierra
y,reproducia paisajes biblicos,
y,cuadros de poemas milenarios,
los bueyes,uncidos al yugo del arado,
que abria surcos profundos,
en el corazon de la tierra provida;
mas alla bestias caballares,
que batian el polvo de un troje,
un asno dando vueltas en torno de una noria,
remolino de rebaños,
levantando nubes de polvo,
que manchaban el verde candido de la llanura,
cubierta de rocio,
de trecho en trecho,
campesinos inclinados....
sobre los surcos en una labor de bestias....
el pasaje idilico era de tal manera,
que aparte la vista con dolor,
de aquella tierra miserablemente cultivada,
y,cerre la ventana!
Raul T