Ayer, cuando mi vida te entregaba,
no supe comprender, que mi existencia,
estaba murmurando en mi conciencia,
lo mal y equivocado que yo estaba.
Tu fuiste mi pasión, mi gran delirio,
y acaso como nunca, no entendía,
que habrías de volverte amada mía,
en una gris tortura y en martirio.
No tuve más razón que el empeñarme,
que el empeñarme en adorarte tanto,
y el seno de mi amor, volvióse llanto,
al comprender que nunca ibas a amarme.
Después llegó a mi vida el desengaño,
a despertarme de mi hemoso sueño,
y tuve que entender, que aquel empeño,
no fue, sino un fugaz y triste daño.
Y así como un torrente que se crispa,
así, como una lluvia pasajera,
aquel amor de fulgurante hoguera,
tan solo resultó ser una chispa (2004)