No me preguntes, ¿por qué?
ni como fue que paso,
que al mirar tus ojos
sentí una llama
en mi interior,
conocí tu belleza…
luz y raíz de tu encanto.
Mi corazón por ti lloro,
te adopte como mi musa,
como mi eterna inspiración,
como la mujer que atiende mis sueños
y es la causa de mi dolor.
Eres la esencia a lo sublime,
la flor en su interior,
eres la chispa del deseo,
lo irreal y lo ficticio,
cada día te veo
y solo admirarte puedo.
Mujer… como tu, ninguna.
quisiera tener la llave
para abrir el encanto
de tu profundidad,
ascender por tu vientre
y subir a la cumbre,
embriagarme de tu vino encantador.
Saciar mi sed
con tus besos
y en tus piernas
escalar hasta llegar
a la cumbre del la ambición,
al origen del hombre,
la base de la civilización.
Poner tu nombre en lo más alto
disfrutar el olor de tu capullo,
acariciar el néctar de tus pétalos
y escuchar las mimadas palabras
que salen de tu voz.