En esos días en que hay nubes
adentro del corazón,
días de tiempo tempestuoso,
de ansiedad y desazón;
cuando las cosas no salen
como son nuestros deseos,
cuando los colores pierden
su alegría y todo es gris.
Cuando el ánimo cansado,
abatido, decepcionado,
busca en vano hallar reposo
y se siente abandonado.
Recuerda que hay un refugio
que te aguarda, aunque alejado,
un compañero callado
que, sin ningún subterfugio,
sin pretextos ni demora,
tiene tendida la mano
para prestarte su apoyo:
Palabras francas de hermano
dispuestas a cualquier hora
y nuevo aliento, nueva aurora,
en su calor de ser humano.
Recuerda que en mi tu tienes
manantial de comprensión,
ilimitada atención
a tus problemas cotidianos;
un alma y un corazón
que sin poner condición
se tienden a ti en mis manos.
Cuando sientas desaliento
ó fatiga en la jornada,
escucha mi voz pausada,
impregnada de sentimiento
que llega hasta ti en el viento
como un eco a tu lamento:
no te preocupes por nada.
No te cerraré las puertas
de mi solidaridad,
pues tienes en mi amistad
la fuerza tan anhelada,
de tu ánimo el sustento,
el sólido fundamento
de tu paz recuperada.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Dedicado, con mi mayor aprecio,
admiración y respeto, a LIDIA NAKASONE,
estupenda poetisa de este "Rincón".-