Siempre te recuerdo,
nadie lo podrá alejar.
Mi pensamiento es secreto.
A pesar de los muchos infortunios
siempre te llevo muy dentro.
Sueño de primavera
deseos de toda una vida
soleados amaneceres,
aunque solo pueda ser
en silencio enigmático.
Nunca, jamás, podrás saber
quién te amó tanto.
Porque mi vida
soledad silenciosa
apetece mustia calma.
Déjame compartir este segundo
éste silencio,
aun tan lejos en la distancia,
más en mi corazón muy dentro.
Posible será que tus ojos
se inunden y lean estas letras,
mas nunca sabrás a quien pertenecen.
Acaso algún día, en mi ausencia infinita,
difuminadas en el éter,
comprenderás y las hagas tuyas,
para alivio de soledad.
Jose I. Roca H