Esconden los ojos,
extraños pensamientos,
amalgamas de olvidados sueños,
recuerdos infinitos de un tiempo que fué,
esconden las sonrisas,
tristezas opacas,
dolidas con el tiempo,
queriendo envolver en el recuerdo,
algo más que una palabra,
algo más que un te quiero.
Se queda dentro de ti,
un recorrido de dolor desilusionado,
una sonrisa amarga,
de un mundo que creiste existió,
que soñaste alguna vez.
Marcado en tu corazón,
ese lejano sueño,
de un camino adornado de amor,
creyendo,
dándole a la vida,
un sentido idealista,
bello,
lo que creíamos mientras crecíamos,
alargando la niñez.
Te deja un sabor amargo la vida,
algunas veces,
cuándo quizás menos lo mereces,
solo tu ilusionante presencia,
tu derroche de amor,
me hace creer de nuevo,
en mi vieja ilusión,
ya herida,
de un mundo mejor,
lejos de esa realidad falsa,
rencorosa, dañina,
que me resisto a aceptar.