Me culpa tu mano por ser yo tu hijo, me culpa el destino, por haber nacido, me marca tu puño, con furia de hombre, mi cuerpo recibe, mil flagelaciones... Levantas tu mano, como un vil gigante, revientas tu ira, sobre un cuerpo frágil, palabras tan dulces me entregas a ratos, palabras de odio, mientras me das golpes, pregunto al silencio, sin decirme nada, mi cuerpo se duerme, con dolor intenso... El dolor intenso, que sentiste el dia, cuando de tu vientre, mi cuerpo salia, ¿No sentiste amor, mientras concebía, dentro de tu cuerpo esta nueva vida?, ¿No sentiste amor, mientras recibías, mis primeros llantos y el soplo de vida?, que habrá sucedido en tu corazón, ¿El amor de ayer, que lo trastoco?... Tu hombre gigante, dices ser mi padre, sientes regocijo con mi cuerpo frágil, recuerdas el dia, cuando tu escuchaste, de mis labios tiernos, la primera frase, papa yo te dije y tu me tomaste, entre tus dos brazos, para abrazarme, besaste mi pelo y a todos contaste, el niño esta grande y ya puede hablarme, que pasa papito, puedes explicarme, el amor de ayer, hoy lo transformaste... Oscura la noche, fría como el hielo, seca como el viento de aquel gran desierto, sorda como el cielo, con tantos luceros, negra mi existencia, sin sentir cariño, les pregunto padres, ¿Jamas fueron niños?...