Peregrino que conduces la senda,
De la incertidumbre del destino al viajar;
Que arriesgas tu vida por una prebenda,
Para poder a los tuyos alimentar.
Ya tus ojos no ven el peligro,
Pues cegados estan por una ilusion;
Mas al llegar a tierras extrañas,
En el afan podrias perder tu virtud.
No pienses que tu necesidad aqui yo denigro,
O desvirtue los anhelos que hay en tu corazon;
Pero podrias encontrar a otra gente y sus mañas,
Que buscaran sumirte en sus vicios
Y su esclavitud.
No desmayes, ni desesperes nunca peregrino,
Mas bien recuerda siempre
Tu condicion de adalid;
Que tu corazon no olvide
De donde y por donde vino,
Y que la soledad no te juegue un ardid.
Mantente siempre erguido,
Aferrate a tu idiosincracia
Y venera tus raices;
Solo asi llegaras a ser feliz.