.verso libre.
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Anduvo, el día entero,
con mucho de aquello que recordó siempre,
mi amiga, la mujer mas triste,
llevando aun la herida, de la muerte de su madre.
Yo no sabía que decirle…
cuando al frente de mis ojos la tenía,
¿No llores acaso?, ¡Amiga, supera tu pena!,
la honda caricia y los besos de tu madre,
son como un niño abandonado que siempre te hacen llorar.
Anduvo, nuevamente.
¡Que dicha, la de las flores…
que mueren… y vuelven a nacer!
Y ésta flor, ¡Tu Madre!,
se fue de lo mortal
para ser inmortal en la muerte.
En memoria a la Madre de una amiga.
Que en paz descanse.
EstertoR de AmoR
Setiembre - 2007