Te amo con ardor
con embeleso…
En mi rostro se percibe,
en mi mirada…
Se refleja en mi semblante
y aun sin quererlo…
En mi boca pícara,
que sonríe enamorada…
¡Ay!...
¿Cómo no decirte
que te quiero?...
Si al escuchar tú nombre,
se estremecen mis ojos
y brillan como luceros,
y ni mis labios tercos
…me obedecen…
Ni suplicándome
que me calle,
¡lo gritarían mis huesos!
Mis te quieros,
no se saben estar presos.
Has de saber siempre,
que te amo tanto…
¡que tengo que gritarlo!
Decirte con todo mi ser
como si fuera un canto,
que a tu corazón bendito…
¡Yo siempre voy a amarlo!