un nuevo día ha comenzado a clarear,
también el despertador da su aporte,
ya estoy pensando en los transportes,
pero de tus brazos no quiero despertar.
El tiempo apresura mi mañana,
tú voz, me dice quédate un poco más,
me aprisionas y siento que me amas.
Hablan tus ojos, de entre la sabana.
En realidad, me muero por quedarme,
estoy escondido detrás de tus pechos,
tus manos aun están en asechos.
Es justo la hora, de levantarme,
salgo con el deseo de volver a casa.
Pero el tiempo sin ti, no se me pasa.
Autor: Alcibíades Noceda Medina